Cómo no estar solo, obra teatral que retrata la maldición telúrica de los jóvenes mexicanos

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“A la nueva generación de mexicanos les cuesta trabajo creer en el amor, al menos en esa clase de amor que aprendieron de sus padres, porque en cada miembro de la nueva generación existe una maldición telúrica, aprendida del desencanto, los terremotos y la incertidumbre por la vida”.

 

Así lo expresó la directora teatral Martha Rodríguez Mega, responsable junto con el dramaturgo Juan Carlos Franco del montaje de la obra Cómo no estar solo, que termina temporada en este mes de diciembre en el Foro A Poco No, ubicado en República de Cuba 49, en el Centro Histórico.

 

“Es una obra en torno a las relaciones de pareja desde diversos puntos de vista, desde perspectivas que a veces sobrepasan el entendimiento de género”, explica la directora, quien en cada función pone a escoger al público si quieren ver el montaje interpretado por un hombre o una mujer, por dos hombres o dos mujeres.

 

La obra está protagonizada para cada opción, por Laura Loredo, Citlali Jiménez, José Pescina y Zabdi Blanco, quienes derriban la cuarta pared con el espectador y lo invitan a imaginarse una trama donde los personajes pueden convertirse en asesinos, se encuentran en medio de una catástrofe natural o huyen de alguien que los persigue.

 

Martha Rodríguez afirmó que la trama de la obra se realizó en un laboratorio de ensayos donde los actores daban opciones al dramaturgo para que planteara la estructura de los relatos.

 

“Es una forma muy innovadora de trabajar, porque todos participamos de forma democrática en el delineado de cada personaje. Lo que sí une a esta obra en cada una de sus tramas es que retrata mucho de la forma de pensar de la nueva generación, sus pasiones, sus demonios, su apatía y esa eterna búsqueda por encontrar algo que los haga sentir vivos”.

 

Respecto a la maldición telúrica que la directora afirma persigue a cada personaje, mencionó los recuerdos de los grandes terremotos que han azotado a la Ciudad de México.

 

“En cierta manera esos desastres naturales se encuentran grabados en la memoria y en el alma de cada uno de los capitalinos y a veces se convierten en metáforas de su propia existencia, de sus relaciones con los demás, de los desastres inminentes como imaginan que va a terminar todo; a todo eso yo lo llamo formar parte de un terremoto emocional”.

 

La directora afirma que parte del secreto de esta exitosa temporada ha sido que el público se identifica con los personajes y sus vivencias, a veces demasiado cercanas con esos demonios que persiguen a los mexicanos.

 

“Sobre todo se expone la idea de que esta generación está rompiendo con la noción del amor que se tenía generaciones atrás, de hecho un gran porcentaje de los jóvenes que hoy intenta entender las relaciones de pareja proviene de hogares donde hubo padres divorciados y eso en cierta manera los predispone”.

 

Finalmente, la directora afirmó que Cómo no estar solo es una obra donde como metáfora la ficción se niega a abandonar a los personajes, algo que sucede más a menudo de lo que pensamos en nuestra vida diaria.

 

“Es un trabajo que a muchos los hará reflexionar, pero sobre todo colocará un espejo en cada uno para reconocerse”, concluyó Martha Rodríguez Mega”.

Redaccion

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