Conmemoran 50 años del Premio de Poesía Aguascalientes
Dos voces distinguidas de la poesía mexicana que han sido galardonadas con el Premio Bellas Artes de Poesía Aguascalientes en los años 2000 y 2014, Jorge Fernández Granados y Cristian Peña, participaron en una velada literaria con motivo de los 50 años de existencia este importante reconocimiento.
En la Casa de Creación Literaria Xavier Villaurrutia, los poetas hablaron del premio, uno de los más importantes y de mayor tradición en México, que en este 2018 fue otorgado por unanimidad al chiapaneco Balam Rodrigo por su obra Libro centroamericano de los muertos.
Fernández Granados aseguró que este reconocimiento “definitivamente sí es un parteaguas para prácticamente todos los poetas en la tradición de la poesía mexicana”, ya que visibiliza y pone los reflectores en la obra de un autor.
Por su parte, Christian Peña consideró que lo importante es la exposición que con este galardón puede tener el trabajo de un escritor, “pero algo que también ocurre a raíz del premio es que el compromiso con la escritura se fortalece aún más”.
El merecedor de este premio en 2014 por la obra Me llamo Hokusai, indicó que “también el grado de exigencia del autor con su propia obra es mayor, cobra más relevancia, si bien la poética no se modifica, en todo caso sí hay un compromiso más grande con el trabajo”.
Hacía mucho tiempo, alrededor de tres años, que estos dos autores no se encontraban. Pero no fue impedimento para, como los buenos futbolistas, ponerse de acuerdo en cómo mover el balón y tener un valioso e interesante diálogo, en torno al Premio Aguascalientes.
Jorge Fernández, quien en 2000 recibió ese reconocimiento por la obra Los hábitos de la ceniza, recordó que este laurel que ahora cumple 50 años ha tenido una cantidad enorme de historia y una gran significación en la poesía y para toda la colectividad poética.
Entre metáforas futboleras ante la cercanía del Mundial, Christian Peña, a quien Fernández Granados calificó como un goleador de la poesía mexicana de los últimos años, habló de cómo ha repercutido esta condecoración en la tradición de la poesía mexicana.
Precisó que los libros ganadores a lo largo de estos 50 años conforman un buen espectro para entender el panorama de la poesía mexicana, “no porque el premio arroje necesariamente que esa sea la poesía, pero configura un buen mapa”.
Escritores como José Emilio Pacheco, Óscar Olvida, Eduardo Elizalde, Hugo Gutiérrez Vega y Elsa Cross, han sido reconocidos con este galardón que inició en 1968, al reconocer la obra de Juan Bañuelos y que se entrega en abril, durante la Feria de San Marcos.
Como agregó Jorge Fernández, el Premio Aguascalientes es una oportunidad de visibilizar un género que normalmente no tiene los reflectores, aunque advirtió que si bien la poesía no tiene muchas ventas, siempre tiene lectores.
El autor de libros como Resurrección y El arcángel ebrio, galardonado también con el Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines, señaló que hay una gran cantidad de gente que está siguiendo poesía, que no es tan visible de pronto y eso es lo interesante, porque la poesía tiene lectores más que espectadores.
