Inauguran la exposición Cristina Payán, homenaje a veinte años. Collares

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A 20 años del fallecimiento de la promotora cultural Cristina Payán, el Museo Nacional de Culturas Populares (MNCP) organizó la noche de este jueves 13 de julio un emotivo homenaje: la inauguración de la exposición Cristina Payán, homenaje a veinte años. Collares, en la sala que lleva el nombre de la promotora, y la realización de la mesa redonda Cristina Payán.

La muestra, integrada por 240 piezas, fue inaugurada por Jacinto Armando Chacha Antele, director general de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas de la Secretaría de Cultura; Rodolfo Rodríguez Castañeda, director del MNCP, y los curadores y coordinadores de la exposición Emilio Payán y Marco Barrera Bassols.

En entrevista, Marco Barrera destacó que se trata de una exposición que realiza un homenaje a Cristina Payán, en donde a través de los collares, se habla de una mujer que hilaba no sólo cuentas, sino personas, circunstancias y la vida.

“Por eso mostramos que a ella le gustaba lo bello, jugar con los materiales, las piedras y los objetos que trasformaba en collares. También exhibimos cómo cada vez que ella diseñaba uno lo hacía pensando en cada persona y por eso cada cuenta tiene un significado.

“Es un proyecto de collares, pero a la vez habla de una mujer compleja, de la Cristina inquieta en la educación, la promoción e incluso en la política ya que fue militante de izquierda; de una mujer que procuró que su trabajo tuviera una repercusión social y de una dama que a 20 años de su muerte la seguimos queriendo y respetando ya que tiene un legado que enaltecer y reconocer”.

El público verá collares hechos de ágatas coptas egipcias, bronces africanos, esferas de papelillo, porcelanas rusas, jades y turquesas chinas, semillas, dientes, colmillos, huesos de animales tallados, conchas labradas, cristales florentinos y venecianos, jadeítas americanas, ámbares del Báltico o de las montañas de Chiapas, caracoles de barro o de bronce, medallas y hasta con dijes.

A través de cada una de las piezas el espectador podrá ver cómo cada collar carga una historia personal, y al mismo tiempo, una historia social: corresponde a una época, un individuo, una moda, un rito, un adorno personal o a una ceremonia.

Las piezas que se exhiben corresponden a 40 coleccionistas-amigas-propietarias, entre otras, Laura Esquivel, Margo Glantz, Rigoberta Menchú, Cristina Pacheco, Carmen Parra, Eva Taboada, Ana Graciela Ugalde, Martha Duarte, Iria Gómez, Dabi Xavier Hernández, Mercedes Iturbe y Carmen Lira.

En entrevista, Emilio Payán comentó que se trata de una exposición fuera de serie, diferente y lúdica, integrada por piezas cargadas de historias que también pueden verse como arte-objeto y que además tienen un valor estético, de texturas, colores y formas únicas.

“Esta muestra es emotiva para mí porque me recuerda a mi madre, en su mesa, hilvanando cuentas y creando collares. Me gusta recordar que en cada una de las cuentas va una historia que se convierte en otra muy personal, cuando una mujer se pone el collar.

“Aprendí a hacer collares y en la exposición también verán una serie que yo hice y que son divertidos, padrísimos y como juegos, los cuales realicé con ligas, dedales, fieltro y tapas de agua mezcladas con plata, vidrios italianos y piedras finas, como homenaje a ella, porque me enseñó a jugar y ser libre en la vida”.

Al finalizar la inauguración de la exposición, se realizó la mesa redonda Cristina Payán en la que participaron Jacinto Armando Chacha Antele, director general de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas; Yuriria Iturriaga, antropóloga social y maestra en sociología; Magali Lara, artista plástica y audiovisual; Frida Mateos, restauradora; Francisco Reyes Palma, investigador, historiador, curador y crítico de arte mexicano, y como moderador Marco Barrera Bassols.

Frida Mateos recordó que ir a la casa de Cristina Payán era raro porque siempre había gente diferente y que en ella se armaban grandes reuniones. “No me acuerdo de Cristina cocinando mucho, sólo recuerdo un riquísimo risotto que acabábamos comiendo después de horas de haber comenzado de hacerlo.

“Más de una vez subí a su cuarto aburrida y me regaló la posibilidad de hacer un collar. No sé si eso pasó una vez, dos o mil veces, lo que si es que la ilusión de entrar a su cuarto y ver todas sus cuentas era similar a un niño que observa su inmenso tren eléctrico durante horas”.

Magali Lara recordó que Cristina Payán fue para ella no una madre, sino una cómplice, una mujer que nunca actúo como si lo supiera todo, sino como otra que estaba intentando hacer las cosas a su modo.

“Cristina hizo mucho por nuestra generación de artistas, convocó y organizó cada festival, y me ayudó a encontrar en la enseñanza un espacio para el diálogo, el encuentro, la esperanza y para construir un mundo mejor”.

Francisco Reyes compartió la forma en que Cristina Payán realizaba un collar, que era con un sólo tamaño de cuentas que con frecuencia iniciaba con un centro mayor que era la cuenta cuya forma, color y tamaño disparaba el proceso de creación.

“Seguía una secuencia de elementos de menor presencia, pero en conjunto destacaban lo suficiente para que el centro no los opacara. No olvidemos las pequeñas cuentas que servían de separadores para acentuar el efecto visual de cada una y a continuación las piezas de cierre, más neutrales, para terminar con un broche o sistema de amarrado”.

Yuriria Iturriaga dijo que Cristina Payán era una mujer para la que no pasaba nada o las cosas no eran graves, y también un ser humano que le enseñó la libertad de espíritu.

“Para mí no ha muerto. Ella era libre, alta, poco desgarbada y hermosísima. Desató en mí y en otras personas una fiebre de hacer collares. Además, no hablaba de sus logros, pero al final era una protagonista fenomenal por su físico y por como era”.

Finalmente, Jacinto Armando Chacha comentó que Cristina Payán fue una mujer ejemplo de belleza, bondad y generosidad, y un ser excepcional y con valores extraordinarios.

“Fue una mujer creativa que daba y se daba, extendía la mano, no se media y en la burocracia siguió modelos extraordinarios, pero no en la ortodoxia burocrática, sino transitó por su propio camino.

“Su paso por el MNCP es extraordinario y relevante. Hizo 64 exposiciones durante los tres años que lo dirigió. Además, el museo fue un espacio vivo e intenso, donde las exposiciones eran un hilo conductor para que los distintos sectores y creadores tuvieran aquí su casa”.

La exposición Cristina Payán, homenaje a veinte años. Collares puede visitarse de martes a jueves de 10:00 a 18:00 horas y de viernes a domingo de 10:00 a 20:00 horas, hasta el 30 de julio. Entrada general: $13.

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