Siembran semillas para transformar vidas

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Lilia Aranza es una joven de 18 años que actualmente estudia Arte Dramático en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP). Su pasión por el teatro, la dramaturgia y la actuación la descubrió a los 13 años, cuando ingresó como alumna a los Semilleros de Artes Escénicas de Tenancingo, Tlaxcala.

“Al principio entré al Taller de dramaturgia, después me pasé al de artes plásticas porque era tímida y siempre quería estar con mi hermana. El profesor Pedro quería montar una obra y necesitaba quien interpretara a las Barrocas”, relata. Y fue después de participar en esa puesta en escena, titulada Paz…Torela, que decidió tomar Teatro como taller permanente.

Semilleros Creativos es uno de los cuatro ejes de trabajo de Cultura Comunitaria de la Secretaría de Cultura, acciones que tienen como propósito promover el ejercicio efectivo del derecho a la cultura y los derechos culturales de personas, grupos y comunidades, prioritariamente con aquellas que han quedado al margen de las políticas culturales.

Para ello se vale del diseño de estrategias que fomenten la cultura para la paz, la transformación social, la participación en la vida cultural, el desarrollo cultural comunitario y el fortalecimiento de capacidades locales, bajo los principios de inclusión y no discriminación, por lo que niños y jóvenes son agentes fundamentales para lograrlo.

Antes de Semilleros de Artes Escénicas de Tenancingo, en la demarcación no existían programas de fomento cultural o artístico. “En el municipio no se había impulsado al arte. Siempre se fomentaba el deporte, pero de expresiones como la música casi no hay nada. El semillero era nuevo para mi hermana y para mí porque siempre queríamos estar innovando. Fue mi mamá quien los descubrió y nos inscribió”, cuenta Lilia.

Pensó en estudiar Ciencias Políticas porque su padre, su hermana y sus primos lo hicieron. “Todos íbamos para el mismo rumbo, pero no era lo que realmente quería, nada me acercaba a lo que realmente me gustaba”, afirma en entrevista realizada en el marco del Día Internacional de la Juventud. Sin embargo, tras finalizar su participación en el semillero, decidió estudiar Arte Dramático, en donde estaba su verdadera vocación.

El Semillero de Artes Escénicas de Tenancingo le hizo ver que el arte es un agente transformador: “Logré darle más valor al arte, creía que una persona en el arte no lograba cambios. En lugar de querer ser funcionaria pública, decidí ser artista, transmitir mensajes y ser más humana con las personas. Llegué a ese punto de apreciar más la vida y la percepción de la belleza humana y no buscar solamente el dinero”, describe la ahora exalumna.

El trabajo colaborativo y el proceso de montaje de las obras en las que participó -desde la creación del vestuario hasta los ensayos finales- le enseñaron que se puede vivir den una comunidad amigable y pacífica.

El caso de Semilleros Creativos es muy particular porque está enfocado en niños y jóvenes que, así como Lilia, tienen interés por la creación artística y el desarrollo cultural desde y para sus comunidades.

“Queremos que accedan a los bienes culturales y lo hacemos a partir del acercamiento a las artes como el lenguaje, el desarrollo del pensamiento crítico a través de las artes y el fortalecimiento de la participación en la vida cultural comunitaria”, asegura Karina Franco, coordinadora general de Cultura Comunitaria.

Además de los niños y jóvenes, en Semilleros Creativos están involucrados maestros y talleristas especializados en la enseñanza de una disciplina artística; promotores de participación infantil y juvenil, quienes colaboran en el desarrollo de las expresiones culturales locales; y los beneficiarios del programa Jóvenes Construyendo el Futuro, quienes acompañan todos los procesos creativos y se forman en la enseñanza y promoción cultural.

Los otros ejes de trabajo de Cultura Comunitaria son Misiones por la Diversidad Cultural, Territorios de Paz, y Comunidades Creativas y Transformación Social. En conjunto buscan la reivindicación de las comunidades.  “Ellas se sienten reconocidas y eso abre un camino para la colaboración y la creación conjunta. Se genera un diálogo entre el Gobierno Federal y las comunidades que normalmente no tienen. Además, sus miembros se reconocen a sí mismos como creadores, promotores y poseedores de saberes particulares”, dice Karina Franco

Actualmente, en México existen 180 Semilleros activos centrados en diferentes expresiones artísticas –música, danza, foto, artes plásticas, artes escénicas y producción audiovisual–, con presencia en 125 municipios de los 31 estados del país.

Redaccion

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