Ha resultado de lo más interesante escuchar las opiniones de los varones al respecto de lo que una mujer busca en un hombre. La escucha ha tenido un interés personal y un tanto filosófico; imaginaba hombres leyendo al respecto pero no que tuvieran deseos de defender su postura ante consideración de tal atropello a su género, las reacciones fueron diversas: sorpresa, incomodidad, desilusión, enfado e impaciencia. Los comentarios acompañaron afirmaciones tales como: ¡Las mujeres siempre quieren más! ¡Están inconformes y creen merecer lo mejor! ¡Ya sabía eso, ni ellas se entienden! ¡A la conclusión a la que llegué con mis amigos es que no hay que darles todo!. Antes que otra cosa suceda no hay delito que perseguir, sólo son manifestaciones de las formas de pensar y sentir que han sido alimentadas por las propias experiencias; definitivamente tanto para el hombre como para la mujer encontrar a otro ser que le permita lograr la complementariedad se convierte en una búsqueda latente, donde ninguno (tarde o temprano) queda totalmente satisfecho con la elección que tomó. Así de complejas son las relaciones humanas, y más cuando se combinan con los afectos.
Debe quedar claro que la insatisfacción no es exclusiva de la mujer, es una sensación que también experimenta el varón, la diferencia es que ella lo externa y dice su sentir con palabras y actitudes, mientras que él es mucho más reservado en cuanto a sentimientos se refiere, ya que hablarlo generalmente no es un rasgo de virilidad. Por lo tanto ambos sexos piensan y sienten, las perspectivas en sus diferencias contienen intereses que coinciden. Sin embargo la circunstancia de la mujer es mucho más compleja para entender y comprender que la del hombre. Algunas reflexiones serían: ¿si entonces la mujer quiere más, en el hombre no ocurre lo mismo?; ¿una persona que se ama peca de egoísta por creer merecer lo que necesita para ser feliz?; si la mujer no se entiende a sí misma ¿para qué te enamoras de alguien que no vas a entender?; ante la famosa frase de: a la mujer ni todo el amor ni todo el dinero, ¿qué te hace creer estimado caballero que ella no está pensando lo mismo sobre ti?. Las dudas son propias de lo humano, a veces sabemos y a veces creemos saber lo que buscamos en otra persona, nos conducimos irremediablemente por lo aprendido y sin dificultad caemos en contradicciones hombres y mujeres. Cuidemos con sensibilidad la vulnerabilidad propia y de la del otro; la pareja ideal no existe ni en los cuentos, lo ideal debe ser considerado como lo deseado para mí y para el otro.