¿Qué buscan las Mujeres en un Hombre?

Responder a esta pregunta parece sencillo, sin embargo es mucho más compleja de lo que creemos; es verdad que cada mujer es diferente y que en realidad busca un hombre con las cualidades por las que generalmente se ha sentido atraída, lo que no tomamos en cuenta es que en realidad buscamos características que están relacionadas con nuestras propias carencias. Ser mujer es sólo una expresión estereotipada, ya que no existe una forma particular de serlo, cada una posee una historia distinta que va a determinar en cierta manera lo que consideramos atractivo y deseable en un hombre. Como no hay un tipo de mujer, tampoco hay un tipo de hombre; la desilusión no se hace esperar puesto que ni existen príncipes azules pero tampoco hay princesas rosas. La idealización es muchas veces lo que sostiene el interés por alguien pero, eso no significa que esa persona sea realmente como la percibimos; sin darnos cuenta elegimos a hombres que en diferente presentación física poseen un patrón de características en su personalidad; creemos que “ahora sí” buscamos un hombre distinto a todos con los que nos hemos topado y más temprano que tarde caemos a la conclusión de que nuestras elecciones siguen siendo las mismas.
Existen diferentes perspectivas con las que podemos analizar lo que nosotras buscamos en un hombre. Por ejemplo, si realizáramos una encuesta la mayoría de las mujeres dirían que buscan a un hombre con las siguientes cualidades: sincero, cariñoso, amable, detallista, trabajador, tierno, caballeroso, varonil, buen conversador, comprensivo, amoroso, inteligente, maduro, etc, etc. Sería cuestión de elaborar una larga lista de aspectos que caen en la idealización, puesto que si bien es cierto que podemos encontrar hombres con tales virtudes, no por ello podemos decir que en uno, encontremos todo; creerlo así es solo un espejismo. Todo esto me hace pensar en queremos un hombre lo más cercano a la perfección olvidando en primer lugar, que son seres humanos (como nosotras) y en segundo lugar, que pedimos a veces demasiado y ni siquiera nosotras sabemos lo que realmente queremos en un hombre. Disculpen tal frase y atrevimiento pero es que la vida diaria, lo que se observa y se escucha es una versión totalmente diferente a lo que solemos decir… cuando se nos trata bien creemos que es demasiado tierno; cuando quieren pagar todas las cuentas pensamos que no creen en nuestra autosuficiencia; cuando se preocupa y está pendiente de ti lo consideras un machista; cuando le gusta la parranda y andar con sus amigos nos sentimos desplazadas, pero cuando tú quieres salir y el otro no está de acuerdo te sientes sometida; si se porta caballeroso crees perder independencia; si es trabajador te quejas porque no comparten tiempo juntos; si es detallista le encuentras un pero a lo que hace por ti; esta lista también podría ser más extensa.
Es prudente hacer una consideración a nuestra historia, las mujeres hemos sido devaluadas tanto por hombres como por mujeres, nuestras antecesoras se han encargado de heredarnos ciertas actitudes de sometimiento y vivir a la espera de la felicidad al lado de un hombre, así que esta es la fórmula para sentirse infeliz e insatisfecha; culpamos al varón de nuestra vulnerabilidad social y no nos responsabilizamos de que contribuimos para que las relaciones fracasen. En más de una ocasión sí nos hemos relacionado con hombres que aprecian las cualidades femeninas e incluso nuestro potencial para realizarnos, pero los hemos dejado ir, porque seguimos reproduciendo viejos patrones construidos socialmente, inconscientemente buscamos relaciones de las cuales nos quejamos pero que no dejamos. Si tomamos esto en cuenta realmente lo que sigue es preguntarnos ¿quién verdaderamente entiende lo que quiere una mujer si nosotras tampoco estamos conformes con lo que pueden ofrecernos? La insatisfacción es el mal que nos acompaña, muchas veces creemos merecer más de lo que tenemos pero, ¿realmente damos lo que pedimos? O ¿sabemos o creemos saber lo que queremos?